LA CORRIENTE PRECISA



Escuchaba cada segundo en mi cabeza y no quería morir sola ¡Qué miedo! ¿no? Estar ahí y no saber dónde coño estarás al segundo siguiente…ver mi carne tierna y saber que acabaría pudriéndose bajo tierra…¡No, joder! no quería perder los mejores años de mi vida, quería salir de ahí dentro, revolcarme, llorar, reír, dejarme llevar por el deseo, sexo profundo, mojarme bajo la lluvia, sumergirme en un lago helado, la piel de gallina, whisky con soda  y versos, escuchar de una puta vez mis pasos y los suyos …Tap tap tap
Así que me armé de valor y le llamé…-¿Vienes a mi casa?- Le dije con un par de huevos. -Estoy deseando verte- me respondió.
Nos besamos cada segundo, incluso sin tocarnos. La piel respondía a cada estímulo erizándose y convertimos ese escenario en nuestra casa.
Esa noche nos quisimos. Esa noche supe que no moriría sola. Pude ver ese lugar en el que todos existimos a la vez.

Nunca volvimos a vernos y el mensaje acabó en una botella en el fondo del mar sabiendo que llegaría la corriente precisa.

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