A DESTIEMPO

Había renunciado. Él quería, pero en el fondo no creía.

Se relacionaba cada vez con más gente… y cada vez entendía menos cosas, a menos personas J. Quería expandir esa energía que le quemaba en el pecho, quería poder expresarlo todo y, sin embargo, que le siguiesen queriendo.

Quería a su lado a alguien diferente a él, pero de origen vital similar y eso era muy complicado porque él estaba demasiado dispuesto a comprender al ser humano de fondo, no de forma.

Charlie era una paradoja en sí mismo y sabía que eso complicaba el asunto.

Una tarde conoció a Elena en el portal de su casa. No voy a contaros toda la historia porque me da pereza. El caso es que acabaron besándose en un encuentro lento y delicado. Su atención sólo se enfocó en el roce de sus labios y pudieron sentir la humedad y el calor del pecho para arriba J. No siempre pasa ;) .

Sin embargo, al cabo de unos minutos Charlie perdió el momento “de vista” y su atención acabó entre sus piernas…Elena lo notó, pero no quiso hacerse cargo. Ella estaba muy a gusto sintiendo sólo sus besos. Charlie “forzó” un poco la situación- era lo normal, ¿no? - ella dejó de besarle, le miró intensamente y se fue.

Nunca volvieron a besarse.